La planificación cumple dos propósitos principales en las organizaciones: el
protector y el afirmativo. El propósito protector consiste en minimizar el riesgo reduciendo la incertidumbre que rodea al mundo
de los negocios y definiendo las consecuencias de una acción administrativa determinada. El propósito
afirmativo de la planificación consiste en elevar el nivel de éxito organizacional.
Un propósito adicional de la
planificación consiste en coordinar los esfuerzos y los recursos dentro de las organizaciones. Se ha dicho que
la planificación es como una locomotora que arrastra el tren de las actividades
de la organización, la dirección y el control.
Por otro lado, se puede considerar
a la planificación como el tronco fundamental de un árbol imponente, del que
crecen las ramas de la
organización, la dirección y el control. Sin embargo, el propósito
fundamental es facilitar el logro de los objetivos de la empresa. Implica
tomar en cuenta la naturaleza del ámbito futuro en el cual deberán
ejecutarse las acciones planificadas.
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